Andrea Blanqué

Andrea Blanqué nació en Montevideo, Uruguay, en 1959, en una familia de ex-libreros exiliados catalanes.

Entre 1981 y 1987 vivió en España, entre Barcelona y Madrid, estudiando en sus respectivas universidades.

Es autora de las novelas La Sudestada, Planeta, 2001, (Premio Revelación Bartolomé Hidalgo); La Pasajera, Alfaguara, 2003, (finalista del Premio Juan Carlos Onetti). La traducción al alemán de esta novela obtuvo el premio LiBeratrupreis, que se adjudica en Alemania a escritoras de Asia, África y América Latina. Ha escrito también las novelas Atlántico, (Alfaguara, 2006) y  recientemente Fragilidad, (Alfaguara, 2008).

La Pasajera está siendo lanzada al portugués por la editorial Quetzal.

Ha compuesto asimismo numerosos cuentos, entre los que se destaca el premiado volumen La Piel Dura (Planeta, 1999). Su primer libro de cuentos , Y no fueron felices, que era un simulacro de libro de antiguo libro de cuentos de hadas, obtuvo el Premio Bartolomé Hidalgo al mérito gráfico, y su segundo libro de cuentos Querida Muerte (1993) ganó el primer premio de jóvenes narradores en la Feria del Libro y del Grabado. Relatos suyos integran antologías de escritoras latinoamericanas publicadas en Francia, Brasil, Estados Unidos y Argentina. Un cuento suyo escrito a los 17 años, El regreso, ganó en 1978 el premio de Carta de España, revista española para todo el mundo hispanohablante.

Sus libros de poesía también han obtenido premios en Uruguay y en 1985 La mujer que soy yo fue finalista en España en el concurso Carmen Conde de poesía de mujeres. Entre sus libros de poesía se destaca Canción de cuna para un asesino, editado en Buenos Aires por la Editorial Último Reino.

En 1990 escribió para teatro una versión libre de La metamorfosis de Kafka, que obtuvo el Premio Florencio al Mejor Espectáculo y en 2003 el monólogo “Basura” de la exitosa obra de unipersonales El pozo de aire.

Desde hace 15 años ha producido numerosos artículos en El País Cultural, de Uruguay, sobre vida  y obra fundamentalmente de escritoras.

Ha sido también titiritera, cantante de folklore, y profesora de adolescentes en pleno estallido hormonal. Y por supuesto madre de una niña.